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domingo, 17 de julio de 2016

SUPERVIVIENTES



Aunque todos los nidos de aguilucho tienen su historia y todos son igual de importantes, me gustaría detenerme en uno especial. Se trata de un nido que fue descubierto el día 29 de mayo; en su interior había 5 huevos. Hasta aquí todo normal, pero la pareja de aguiluchos había decidido instalar su bien más preciado en un cultivo de veza, una leguminosa que se emplea como forraje para el ganado y que se cosecha en verde. No había ninguna posibilidad de que el nido saliera adelante por si solo, los plazos iban a ser demasiado cortos, por lo que tocaba intervenir de urgencia. 



Después de colocar el vallado de protección el 30 de mayo, la tierra fue cosechada el día 1 de junio, seguramente, con huevos aún en el nido. Lo normal hubiera sido que la pareja abandonara la puesta, así ocurre en la mayoría de las ocasiones, pero estos aguiluchos decidieron seguir adelante.




La veza es una planta trepadora, que necesita el soporte de otra planta para ascender en busca del sol, por lo que no se suele sembrar sola, sino que se la acompaña de otro cereal como la cebada o el centeno, pero en este caso, no sucedió así, y la altura que alcanzó fue mínima; apenas proporcionaba sombra a los pollos, que tenían que aguantar, durante más de 1 mes, por un lado, las altas temperaturas del verano, y por otro, la exposición continua ante posibles depredadores. Por si fueran pocos problemas, el nido estaba situado a escasos metros de un camino y de una carretera. Todos estos factores negativos nos hacían temernos lo peor. En una visita al nido el día 12 de junio, descubrimos que la mitad de la nidada había sido depredada, lo que hizo saltar todas las alarmas. Decidimos llamar a los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León para ver la posibilidad de trasladar los 2 pollos que quedaban al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS), pero eran demasiado pequeños, tenían menos de 10 días de edad, y en el CRAS no podían atenderlos. Por suerte, contaban con unos padres formidables y con toda nuestra ayuda. Colocamos una malla de sombreo para proporcionarles sombra y protección y los dejamos en las mejores manos posibles, las de sus progenitores. 




En las distintas visitas al nido fuimos comprobando con alegría como los dos pollos crecían satisfactoriamente. Tuvieron que soportar varios días seguidos de fuertes tormentas a primeros de de julio, pero esta familia superó todos los obstáculos que se les fueron poniendo por delante, alzando el vuelo los dos pollos a primeros de julio.



A uno de ellos se le colocó una anilla metálica y una anilla de PVC con un código alfanumérico para su identificación a distancia, por lo que quien sabe, igual nos siguen dando alegrías a lo largo de su viaje migratorio, y quizá un día, volvamos a verlos por Segovia fundando una nueva familia de aguiluchos.



sábado, 2 de julio de 2016

... Y LLEGARON LAS COSECHADORAS

La campaña de protección del aguilucho cenizo es una lucha contra el tiempo. La cuenta atrás se pone en marcha con la llegada de los primeros individuos en el mes de abril y finaliza cuando las cosechadoras recogen el cereal de los campos de cultivo.

Cosechadora recogiendo el cereal
Las cuchillas están empezando a dar cuenta de los cebadales, para posteriormente continuar con los trigales, terminando su labor con la recogida del centeno. Estas últimas semanas se nota la presión, encontrar un nido de aguilucho resulta ahora más importante que nunca. En la próxima tierra a cosechar puede haber unos pollos indefensos... Pero ellos permanecen ajenos a este devenir de los acontecimientos. Quizá sus padres, con el paso de los años, hayan aprendido el significado de esas enormes máquinas que se mueven en los alrededores y quizá, se afanen estos días en la caza, para que sus crías se desarrollen lo antes posible y alcen el vuelo con prontitud, alejándose del peligro que le acecha. Este año, parece que los plazos van un poco retrasados con respecto a un año normal, lo que nos hace pensar que muchos nidos podrán salir adelante sin intervención de ningún tipo. Por el momento, de los 28 nidos encontrados, han necesitado vallado de protección 8, contando entre ellos los 4 que hubo que vallar al comienzo de la campaña debido a las siegas en verde.




Vallados de protección en nidos de aguilucho cenizo

Como es obvio, los pequeños pollitos de hace unas semanas ya van cogiendo peso y empiezan a sustituir el plumón por las plumas de vuelo. Pronto podrán acompañar a sus padres en sus lances de caza o en la prospección del territorio, aprendiendo de ellos lo que conlleva ser un aguilucho.



Pollos de aguilucho cenizo de unos 20 días de edad